La importancia de las proteínas en la dieta de tu hijo
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Aprende sobre el papel de las proteínas en el desarrollo de un niño.
Imagina que la forma en la que se desarrolla tu hijo es similar a la manera en la que se construye un edificio: sus cimientos y ladrillos deben ser fuertes y resistentes; en el caso de tu hijo estos materiales que permiten que el edificio se eleve, están representados por las proteínas.
Por ejemplo, cuando tu hijo sufra algún accidente, las proteínas serán las encargadas de recuperar tejidos lastimados, fracturas, raspones, etc. Además, son capaces de transportar de la punta del pie a la cabeza una gran cantidad de sustancias para propiciar el correcto funcionamiento y desarrollo de tu hijo.
Dichas moléculas también permiten que tu hijo se nutra adecuadamente de acuerdo con su edad, son protagonistas en el desarrollo del tejido muscular y de que tenga huesos fuertes, buena dentadura y una buena salud.
Para Dieter, una dieta baja en proteína en los niños podría dificultar de alguna forma las tareas cognitivas, el desarrollo de la conducta y la forma en la que razonan. “Una dieta baja en proteínas es sinónimo de un pobre desarrollo”, comentó Dieter.
La cantidad de proteína en la alimentación diaria de los niños depende de factores individuales y particulares. Por ejemplo, las necesidades proteicas de tu hijo diferirán de las de otro niño considerablemente dependiendo de su estado de nutrición, hábitos, actividad física, etc.
Por lo que “lo más recomendable es adecuar la ingesta de proteína de acuerdo con las recomendaciones de tu médico, de esta manera te aseguras de que la ingesta sea la correcta”, comentó Dieter, que siempre prefiere recomendar la asesoría de un experto en la materia.
Toma nota, identifica las fuentes de proteínas
Para asegurarte de que tu hijo está consumiendo proteína en su alimentación, es importante que sepas que las fuentes de esta son variadas y sorprendentes. Esto pues, aunque la fuente principal es de origen animal, también puede tener origen vegetal.
Fuente animal: encuentras este macronutriente en la carne, pescado, pollo, huevos,
leche y sus derivados como el queso, yogurt, entre otros.
Fuente vegetal: Encuentras este macronutriente en las legumbres (fríjol, garbanzo, habas, lentejas), cereales completos con germen, frutos secos, tubérculos, entre otros.
Una recomendación importante de los expertos es variar las fuentes de proteína en la alimentación, incluyendo siempre el animal.
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